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lunes, 24 de junio de 2013

No Dudes de Tu Valor

Un profesor enseña un billete de 20 € y le dice a sus alumnos: "¿A Quién le gustaría tener este billete? " 

Todos los alumnos levantan la Mano.

Arruga la nota y les pregunta: "¿Siguen queriéndolo?". Las manos suben de nuevo.

Él lanza el billete arrugado en el suelo, salta encima y dice: "¿Aun lo quieren?".

Los Alumnos levantan la mano.

Entonces les dijo:
"Amigos mios, ustedes han aprendido una lección muy importante, hoy:
Aunque he arrugado el billete, lo he pisoteado, lo he lanzado, habéis querido tener el billete, porque su valor no había cambiado, seguía con un valor de 20 € ...!
 
Muchas veces en la vida, te ofenden, personas te rechazan y los acontecimientos te sacuden. Sientes que ya no vales nada, pero TU VALOR no cambiará NUNCA para la gente que realmente te quiere. Incluso en los días en que estés en tu peor momento, TU VALOR SIGUE SIENDO LO MISMO ".

NO DUDES DE TU VALOR...vales SIEMPRE igual o MAS... NUNCA MENOS.

lunes, 17 de junio de 2013

La Crisis



“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis cuando nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.

Albert Einstein

lunes, 10 de junio de 2013

Por Miedo A Sufrir



Nada causa tanto sufrimiento como el miedo a sufrir… Evita, entonces, el miedo innecesario.

Por miedo a sufrir soledad, sufres la tortura de una mala compañía.

Por miedo a sufrir el final de una relación, sufres por años el infierno de una mala pareja.

Por miedo a sufrir las responsabilidades del adulto, sufres de por vida el actuar como un niño inválido.

Por miedo a sufrir a causa de tus errores, sufres las consecuencias de no comprometerte ni jugarte nunca.

Por miedo a sufrir el rechazo de los otros, sufres en tu soledad y tu aislamiento sin salir nunca hacia el encuentro.

Por miedo a sufrir a que alguien no te quiera, te conviertes en posesivo y lo único que consigues es que todos te huyan y te quedes solo.

Por miedo a sufrir una relación sexual no bien lograda, sufres por años la castración de una impotencia impuesta por ti mismo.

Por miedo a fracasar en tus proyectos, sufres el terrible fracaso de no emprender ninguno.

Por miedo a que tu hijo dé un mal paso, lo conviertes en un inmaduro y un sobreprotegido, incapaz de dar un paso por su cuenta.

Hay un temor al sufrimiento que es sano, porque funciona como una señal de alarma que suena a tiempo para que evites el dolor innecesario.

Pero hay un temor al sufrimiento que es enfermo, porque es como una alarma que suena todo el tiempo, que te impide vivir y te causa sufrimientos que podrías evitar.

Evita, entonces, el miedo innecesario.

lunes, 3 de junio de 2013

La Respuesta



Os contaré una curiosa historia:

Un señor vendía bocadillos en un pequeño establecimiento al lado de la carretera. Siempre estaba lleno de clientes. No porque fueran bocadillos baratos, sino porque eran espectaculares. El propietario era amabilísimo, siempre parecía contento e ilusionado. El negocio funcionaba muy bien. 

Un buen día recibió una carta de su hijo, que estaba haciendo un MBA en una universidad muy prestigiosa: “Padre, ¿Qué tal va con la crisis?”.

El padre contestó: “Hijo, ¿Qué crisis? Si aquí va todo estupendamente”.

La respuesta de su hijo lo desconcertó: “Pero ¿no te has enterado? Hay una crisis tremenda. Tienes que tomar urgentemente medidas”.

Ante esta carta, el negociante empezó a preocuparse y a hacer cábalas: “Quizás estoy comprando jamón y queso demasiado buenos”.

Así que empezó a comprar un producto más económico, jamón un poco peor, queso un poco peor… Empezó también a comprar en menor cantidad. También cambio de actitud, estaba más tenso… Y, poco a poco, cada vez iba menos gente a su negocio.

Con la caída de clientes, reflexionó: “Lo que me dijo mi hijo es verdad”. De modo que redujo aún más sus gastos y aumentó su ansiedad. Los clientes se dieron cuenta.  Ya no querían comprar allí sus bocadillos porque, además, aunque a veces paraban, los bocadillos ya se habían acabado. Y así aquel buen hombre tuvo finalmente que cerrar.

Inmediatamente escribió a su hijo: “¡Que ciego era! Todo lo que augurabas era cierto. No me había dado cuenta de la crisis que había”.

Tengo varios amigos que tienen empresas. No os podéis imaginar cómo les va de bien en una época tan difícil como la actual. Todos ellos tienen una mentalidad positiva. Donde otros se están quejando, ellos están haciendo. Donde unos dicen “no se puede”, ellos están viendo que sí se puede.  Donde unos aseguran “es muy difícil ir allí, imposible”, ellos están yendo.