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sábado, 23 de noviembre de 2013

El Extraño Gusto de Ser Feliz



La Navidad es especial, pertenece a una zona de felicidad colectiva, que me incluye a mí y a los demás. Razón de lograr de esta fecha hábitos y reminiscencias incrustadas en el corazón. Y reverenciar, fiel a sus designios, las señales que me traen un genuino gusto de miel. ¿Qué más puedo pedir?

La noche navideña me emociona. Me impone un orden de grandeza, protector de rituales que encierran un punzante mensaje. Agasajada por sus símbolos, me invade un sentimiento nacido de una madurez que se confunde con la alegría.

Hoy, aunque seamos menos en torno a la mesa adornada, el misterio que advierte de esta noche anuncia que, además de ocuparme de los vivos, recuerdo a los que se fueron. Hablo de las veces en que, reunidos en la casa de los abuelos, celebrábamos la visa, reíamos, éramos amorosos. Llevo las viandas a la mesa. El pavo asado, galardonado con frutas, y el huevo hilado. Y, junto a los que me enseñan a amar, celebraré el extraño gusto de ser feliz.

martes, 19 de noviembre de 2013

El Cuento De Los Sentimientos

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: - ¿Jugamos al escondite? La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al escondite? ¿Y como es eso?" - Es un juego - explicó la LOCURA - en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego. El ENTUSIASMO bailó seguido por la EUFORIA. La ALEGRIA dio tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATIA, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no esconderse (¿para qué?), si al final siempre la hallaban, y la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya), y la COBARDIA prefirió no arriesgarse... - Uno, dos, tres... - comenzó a contar la LOCURA. La primera en esconderse fue la PEREZA que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La FE subió al cielo, y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; que si el bajo de un árbol, perfecto para la TIMIDEZ; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD; que si una ráfaga de viento, magnífico para la LIBERTAD. Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol. El EGOISMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira!, en realidad se escondió detrás del arco iris), y la PASION y el DESEO en el centro de los volcanes. El OLVIDO... se me olvidó dónde se escondió! ... pero eso no es lo importante. Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR todavía no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores. -¡Un millón!- contó la LOCURA y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de la piedra. Después se escuchó a la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología. Y a la PASION y al DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la ENVIDIA y, claro, pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. Al EGOISMO no tuvo ni que buscarlo; el solito salió disparado de su escondite, que había resultado un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a la BELLEZA.Y con la DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos:el TALENTO entre la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arco iris y hasta el OLVIDO, al que ya se le había olvidado que estaba jugando a los escondidos. Pero sólo el AMOR no aparecía por ningún sitio. La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al AMOR. La LOCURA no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra,

EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA LO ACOMPAÑA SIEMPRE

lunes, 11 de noviembre de 2013

QUE TE DIGAN QUE NO

En el trabajo, en la calle, en un bar, un tío, una tía, tu familia, tu jefa, tu médica, tu pareja.
 
En una entrevista de trabajo, en un intento de seducción, en la calle, en la cama, en clase, en tu casa, en la suya.

Por una propuesta, por una oferta, por una pregunta, por una respuesta.

Pero que te digan que no.


Tenemos que abandonar el pánico al rechazo. Tenemos que dejar de esperar a que nos busquen, a que nos encuentren, a que nos entren, a que nos propongan, a que nos pregunten, a que nos llamen, a que nos seduzcan, a que nos contraten.

Tenemos que empezar a presentarnos a puestos para los que no tenemos claro si estamos cualificados. Tenemos que empezar a pedir aumentos, ascensos, reconocimientos. Tenemos que empezar a creernos lo que valemos, lo que somos capaces de hacer, lo que somos capaces de aprender.

Y deberíamos empezar a buscar a quien deseamos, a proponer, a entrar, a seducir, a coquetear, a ofrecernos. Porque llevamos demasiado tiempo esperando a que nos llamen, a que nos elijan, a que nos seduzcan, a que se expongan a nuestro rechazo.

El rechazo no nos hace patéticos. Ni en el trabajo, ni en el amor, ni en la calle, ni en la mesa, ni en la cama. 

El rechazo sólo demuestra que hemos sido capaces de atrevernos a arriesgar. Que nos hemos aventurado a un terreno que no es seguro. Que nos hemos valorado lo suficiente como para ser valientes. Que hemos dado el primer paso para conseguir algo: intentarlo.

Si alguien no te elige para un puesto, si alguien no te otorga determinado espacio, si alguien no te escoge para tenerte al lado, si alguien no accede a conocer tu cuarto... no pierdes nada, ganas un rechazo.

Y si nunca te han rechazado es que nunca te has arriesgado. Es que nunca te has levantado. Es que nunca te has sobrevalorado. Y eso significa que has sido demasiado cauto, que te queda mucho por aprender, que te has subestimado.

Así que, coge ahora mismo y arriésgate a un rechazo. Y vuelve a casa habiendo conseguido algo: lo que pretendías o haber aprendido a intentarlo.