Buscar en este Blog...

lunes, 27 de mayo de 2013

El Viaje de tu Vida



Viajar nunca es una cuestión de dinero, sino de coraje. Pasé gran parte de mi vida recorriendo el mundo como un hippy y, ¿qué dinero tenía entonces? Ninguno. 

Apenas tenía para el billete, pero aun así creo que fueron algunos de los mejores años de mi juventud: comiendo mal, durmiendo en estaciones de tren, incapaz de comunicarme por culpa del idioma, viéndome obligado a depender de otros incluso para encontrar un techo donde pasar la noche.

Después de mucho tiempo en la carretera, escuchando una lengua que no entiendes, usando un dinero cuyo valor no conoces, caminando por calles por las que nunca has pasado, descubres que tu amigo Yo, con todo lo que ha aprendido, es absolutamente inútil ante esos nuevos desafíos y empiezas a darte cuenta de que, enterrado en el fondo de tu subconsciente, hay alguien mucho más interesante, aventurero, abierto al mundo y a las nuevas experiencias.

Para llegar un día que dices “¡basta!”. Para mí viajar se ha convertido es una monótona rutina. Pero no, no basta. Nunca va a bastar. Nuestra vida es un constante viaje. El paisaje varía, la gente cambia, las necesidades se transforman, pero el tren sigue adelante. La vida es el tren, no la estación. Y lo que has estado haciendo no es viajar, es cambiar de países, lo cual es completamente distinto.

martes, 21 de mayo de 2013

No Busques Trabajo


No busques trabajo. Así te lo digo. No gastes ni tu tiempo ni tu dinero, de verdad que no vale la pena. Tal como está el patio, con uno de cada dos jóvenes y casi uno de cada tres adultos en edad de dejar de trabajar, lo de buscar trabajo ya es una patraña, un cachondeo, una mentira y una estúpida forma de justificar la ineptitud de nuestros políticos, la bajada de pantalones eurocomunitaria y lo poco que les importas a los que realmente mandan, que por si aún no lo habías notado, son los que hablan en alemán.

No busques trabajo. Te lo digo en serio. Si tienes más de 30 años, has sido dado por perdido. Aunque te llames Diego Martínez Santos y seas el mejor físico de partículas de Europa. Da igual. Aquí eres un pringao demasiado caro de mantener. Dónde vas pidiendo nada. Si ahí afuera tengo a 20 mucho más jóvenes que no me pedirán más que una oportunidad, eufemismo de trabajar gratis. Anda, apártate que me tapas el sol.

Y si tienes menos de 30 años, tú sí puedes fardar de algo. Por fin la generación de tu país duplica al resto de la Unión Europea en algo, aunque ese algo sea la tasa de desempleo. Eh, pero no te preocupes, que como dijo el maestro, los récords están ahí para ser batidos. Tú sigue esperando que los políticos te echen un cable, pon a prueba tu paciencia mariana y vas a ver qué bien te va.

Por eso me atrevo a darte un consejo que no me has pedido: tengas la edad que tengas, no busques trabajo. Buscar no es ni de lejos el verbo adecuado. Porque lo único que te arriesgas es a no encontrar. Y a frustrarte. Y a desesperarte. Y a creerte que es por tu culpa. Y a volverte a hundir.

No utilices el verbo buscar.

Utiliza el verbo crear. Utiliza el verbo reinventar. Utiliza el verbo fabricar. Utiliza el verbo reciclar. Son más difíciles, sí, pero lo mismo ocurre con todo lo que se hace real. Que se complica.

Da igual que te vistas de autónomo, de empresario o de empleado. Por si aún no lo has notado, ha llegado el momento de las empresas de uno. Tú eres tu director general, tu presidente, tu director de marketing y tu recepcionista. La única empresa de la que no te podrán despedir jamás. Y tu departamento de I+D (eso que tienes sobre los hombros) hace tiempo que tiene sobre la mesa el encargo más difícil de todos los tiempos desde que el hombre es hombre: diseñar tu propia vida.

Suena jodido. Porque lo es. Pero corrígeme si la alternativa te está pagando las facturas.

Trabajo no es un buen sustantivo tampoco. Porque es mentira que no exista. Trabajo hay. Lo que pasa es que ahora se reparte entre menos gente, que en muchos casos se ve obligada a hacer más de lo que humanamente puede. Lo llaman productividad. Otra patraña, tan manipulable como todos los índices. Pero en fin.

Mejor búscate entre tus habilidades. Mejor busca qué sabes hacer. Qué se te da bien. Todos tenemos alguna habilidad que nos hace especiales. Alguna singularidad. Alguna rareza. Lo difícil no es tenerla, lo difícil es encontrarla, identificarla a tiempo. Y entre esas rarezas, pregúntate cuáles podrían estar recompensadas. Si no es aquí, fuera. Si no es en tu sector, en cualquier otro. Por cierto, qué es un sector hoy en día.

No busques trabajo. Mejor busca un mercado. O dicho de otra forma, una necesidad insatisfecha en un grupo de gente dispuesta a gastar, sea en la moneda que sea. Aprende a hablar en su idioma. Y no me refiero sólo a la lengua vehicular, que también.

No busques trabajo. Mejor busca a un ingenuo, o primer cliente. Reduce sus miedos, ofrécele una prueba gratis, sin compromiso, y prométele que le devolverás el dinero si no queda satisfecho. Y por el camino, gánate su confianza, convéncele de que te necesita aunque él todavía no se haya dado cuenta. No pares hasta obtener un sí. Vendrá acompañado de algún pero, tú tranquilo que los peros siempre caducan y acaban cayéndose por el camino.

Y a continuación, déjate la piel por que quede encantado de haberte conocido. No escatimes esfuerzos, convierte su felicidad en tu obsesión. Hazle creer que eres imprescindible. En realidad nada ni nadie lo es, pero todos pagamos cada día por productos y servicios que nos han convencido de lo contrario.

Por último, no busques trabajo. Busca una vida de la que no quieras retirarte jamás. Y un día en el que nunca dejes de aprender. Intenta no venderte y estarás mucho más cerca de que alguien te compre de vez en cuando. Ah, y olvídate de la estabilidad, eso es cosa del siglo pasado. Intenta gastar menos de lo que tienes. Y sobre todo y ante todo, jamás te hipoteques, piensa que si alquilas no estarás tirando el dinero, sino comprando tú libertad.

Hasta aquí la mejor ayuda que se me ocurre, lo más útil que te puedo decir, te llames David Belzunce, Enzo Vizcaíno, Sislena Caparrosa o Julio Mejide. Ya, ya sé que tampoco te he solucionado nada. Aunque si esperabas soluciones y que encima esas soluciones viniesen de mí, tu problema es aún mayor de lo que me pensaba.

No busques trabajo. Sólo así, quizás, algún día, el trabajo te encuentre a ti.

RISTO MEJIDE

lunes, 20 de mayo de 2013

Querido Olvido…



La verdad es que el olvido cura muchas heridas de la vida. Es fácil entender que olvidar alivia la tristeza por la pérdida de un ser querido y también nos ayuda a recuperar el entusiasmo después de sufrir alguna calamidad.

El problema para quienes permanecen estancados en el ayer doloroso es que así siempre viven prisioneros de la pena, del miedo o del rencor, obsesionados con las desgracias o con los malvados que quebrantaron su vida, lo que les impide cerrar la herida.

La amargura, la culpa o el resentimiento los amarran al pesado lastre que supone mantener la identidad de víctima. Este es un papel que debilita y paraliza.

Distanciarnos de un ayer doloroso facilita el restablecimiento de la paz interior, nos anima a pasar página y abrirnos de nuevo al mundo. Además, olvidar nos permite perdonar y seguir adelante tras un episodio penoso de nuestra vida. Como dice Desmond Tutu, el obispo sudafricano premio Nobel de la Paz en 1984, “sin perdón no hay futuro”.

Olvidar, en definitiva, es un buen reconstituyente para mente y cuerpo, nos impulsa a hacer las paces y a liberarnos de un pasado penoso, y nos estimula a reponernos y a reconducir nuestro destino.

lunes, 13 de mayo de 2013

Conecta con lo Auténtico



Es como si quisieras acercarte a lo que es de verdad, y en vez de mirar lo que le falta a esa persona (es decir, la mirada negativa, la que ve el modelo de cómo hay que ser), vieras la calidad que tiene. Y eso hace que la persona se sienta valorada y comprendida.

Conectas con esa misma calidad que eres, a través del otro, y una vez allí quizá puedas señalar cosas que a lo mejor ves deficitarias, pero no lo dirás desde una crítica, desde un modelo, sino desde la realidad de la persona.

Siempre puedes conectar con la vida que hay en las personas, aunque a veces haya mucho tapón. Todas las relaciones te dan esta posibilidad de contactar con la vida, en vez de convertirlas en un examen. Además, cuando estás en esta dinámica, las personas se sienten muy cómodas contigo. Esto favorece una relación fluida y profunda, lo cual os llena a ti y al otro. Por el contrario, si hay una exigencia, el otro se incomoda y se defiende, y entonces no está a gusto…

jueves, 9 de mayo de 2013

Un Cuento de Amistad



Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición).
La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un magnifico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
- Buenos días. – Buenos días – Respondió el guardián. – ¿Cómo se llama este lugar tan bonito? – Esto es el Cielo. – ¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos! – Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera.
Y el guardián señaló la fuente.
- Pero mi caballo y mi perro también tienen sed… – Lo siento mucho – Dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
- Buenos días – dijo el caminante. – El hombre respondió con un gesto de la cabeza. – Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo – Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar. Podéis beber toda el agua como queráis. – El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.
El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
- Podéis volver siempre que queráis – Le respondió éste. – A propósito ¿Cómo se llama este lugar?- preguntó el hombre. – EL CIELO. – ¿El Cielo? – ¿Sí? – Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!. – Aquello no era el Cielo. Era el Infierno – contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo. – ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! – advirtió el hombre.
- ¡De ninguna manera!-increpó el hombre – En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

*Jamás abandones a tus verdaderos Amigos aunque eso te produzca inconvenientes personales. Si ellos han estado dándote su amor y compañía has contraído una deuda: "No abandonarlos nunca", porque:
Hacer un Amigo es una Gracia
Tener un amigo es un Don
Conservar un Amigo es una Virtud
Ser un Amigo es un Honor