Muchos usuarios vuelcan en la red
social información sin pensar qué puede pasar con ella. Facebook lo explica,
pero muchos no se molestan en leer.
Esta semana
Facebook ha cumplido 10 años y en esta década de vida ha cambiado tantas veces
su política de privacidad (la última revisión se hizo en 2009) que la mayoría
de los usuarios no sabe qué se hace con sus datos.
Estos son
los siete puntos que recogen cómo la red de Mark Zuckerberg usa la información
que le proporcionas.
Mantendrá siempre tus datos, aunque
borres tu perfil.
Puedes salir
de la red social, pero la única manera de que desaparezcan todos tus datos es
borrar uno por uno cada uno de los vídeos, fotos o comentarios que has
compartido en tu perfil desde que empezaste a usar Facebook.
La política
de privacidad advierte de esto: «Incluso tras haber eliminado la información de
tu perfil o tras haber borrado tu cuenta, es posible que alguna copia de dicha
información permanezca visible en algún otro lugar«.
Eso sí, tu
nombre de usuario dejará de estar asociado a esa información aunque podría
seguir apareciendo, pero su autor sería un «Usuario de Facebook anónimo».
Asimismo, hay tipos específicos de comunicaciones que no pueden eliminarse
nunca como los mensajes.
Facebook
puede también conservar algunos datos para evitar robos de identidades o
conductas inadecuadas aunque se hayan eliminado las cuentas. De hecho realiza
«copias de seguridad» en las que almacena la información de las cuentas
eliminadas durante un máximo de 90 días.
Sigue tus movimientos en toda la Red.
Al iniciar
sesión desde un ordenador, ‘tablet’ o teléfono con conexión a Internet,
Facebook puede tener acceso a la información de dicho dispositivo (tipo de
navegación, ubicación y dirección IP) y a las páginas que se visiten desde
éste. Es decir, la red social no sólo sabe desde donde te has conectado, sino
que además te 'sigue’ por toda la Red.
¿Nunca te
has preguntado por qué después de buscar una colonia en Internet por arte de
magia aparece en Facebook un anuncio de ese mismo producto? La respuesta son
las cookies.
La web de
Zuckerberg utiliza esas cookies para saber cuándo estás visitando webs o
utilizando aplicaciones que incluyen su widget o su botón de compartir. A
veces, aunque no autorices a estas páginas para suministrar tu información a la
red social, es posible que aun así reciba «una cantidad limitada de
información» acerca de lo que estás haciendo allí.
Si permites que «todos» en Facebook
te vean, corres ciertos riesgos.
Cuando
configuras tu privacidad para que «todos" puedan acceder a tu información
es como si abrieras las puertas de tu casa a todos los que quieran entrar.
Amigos, conocidos, desconocidos, personas no registradas en Facebook y motores
de búsqueda podrán ver tus datos.
Esto
significa que tu información «puede asociarse contigo fuera de Facebook (...
) y puede ser importada y exportada por nosotros o
por otros
usuarios sin limitaciones de privacidad».
Además, si
borras dichos contenidos compartidos con «todos» desaparecerán de tu perfil,
pero Facebook no es capaz de controlar si son usados por terceros, por lo que
puedes seguir apareciendo en cualquier buscador aunque tu perfil no esté
activo.
Pueden convertir tus preferencias en
un anuncio para tus amigos.
Si ‘te
gusta’ una página autorizas automáticamente a Facebook a mostrar tu nombre y tu
foto al lado de un anuncio de dicha fan page para que lo vean tus amigos. Es lo
que se llama «historias patrocinadas», anuncios que se convierten en
‘recomendaciones personales’ que haces a tus contactos.
Puede que no
te moleste si tu sueño siempre ha sido ser el protagonista de alguna campaña
publicitaria importante, pero si quieres evitarlo puedes ponerte en contacto
con la red social para que no usen tus datos en este tipo de anuncios.
Hay datos que nunca podrás ocultar y
otros que no sabes que Facebook tiene.
Tu nombre,
foto de perfil, amigos, paginas a las que has dado «me gusta», tu sexo y las
redes a las que perteneces son públicas, cualquiera puede ver esa información
esté o no registrado en la red social y no podrás evitarlo. Lo único que puedes
controlar es que esa información no aparezca en los motores de búsqueda a
través de tu configuración de privacidad.
También hay
datos que das y no sabes que estás proporcionando. Este es el caso de los
metadatos de las fotos o vídeos que subas a la Red. Éstos son informaciones que
se ‘adhieren' a los contenidos multimedia y que, dependiendo del dispositivo
con el que se hayan tomado, pueden incluir la localización, hora, día, tipo de
cámara, formato del archivo, etc. Facebook guardará por defecto tus metadatos y
si no deseas que los guarde tendrás que estar atento y eliminarlos antes de
cargar el contenido.
Puede que no lo sepas, pero estás
dando tu consentimiento.
Cuando
solicitas a través de Facebook muestras gratuitas de un producto estás dando tu
consentimiento para que tus datos personales lleguen a las empresas que se
anuncian en la red social. Esta es sólo una de las formas que tienes de
«consentir» que tus datos lleguen a terceros. En todo caso, sólo se comparte tu
información cuando Facebook cree que dicha acción está permitida por ti.
Otra forma
de hacer que tus datos lleguen a las compañías es hacer click en los anuncios
que aparecen en tu página de Facebook. «Existe la posibilidad de que el
anunciante pueda colocar una cookie en tu navegador y tomar nota de que cumple
los criterios que ha seleccionado».
Aunque no estés o hayas estado en
Facebook, Zuckerberg puede saber cosas de ti.
Quizás nunca
te hayas registrado en Facebook, pero ellos pueden tener información tuya,
aunque sea mínima. Si un usuario proporciona tu dirección de correo para
invitarte a formar parte de la mayor red social del mundo, tu email quedará
grabado en la base de datos de la compañía. Eso sí, podrás hacer que lo
eliminen desde la página de ayuda del sitio web.
Controla
todo lo que publicas en Internet, no sabes dónde puede ir a parar ni quien
puede utilizar tus datos. La propia red social advierte de estos riesgos
afirmando que te permiten «definir opciones de privacidad, pero ninguna medida
de seguridad es perfecta ni impenetrable».
Fuente: EXPANSIÓN.COM
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